Esta bonita imagen es de Doris Eaton Travis, la última Ziegfeld Girl que seguía con vida, murió a la edad de 106 años justo hace ahora un año. Representaba a una saga de mujeres bellas vinculadas a uno de los espectáculos teatrales más longevos de Broadway y, en especial, a un nombre propio: el de Florenz Ziegfeld.
Ziegfeld fue quizás el empresario del mundo del espectáculo más famoso de Broadway, sus Ziegfeld Follies que se celebraron cada año desde 1907 a 1931 estaban inspirados en los espectáculos del Folies Bergère de París y combinaban el vodevil clásico con un vestuario exuberante y su ingrediente especial: unas bellísimas protagonistas que el mismo Ziegfeld se encargaba de escoger personalmente, las Ziegfeld Girls.
El éxito de estos espectáculos fue inmediato y por su escenario pasaron algunos de los grandes nombres del cine, el teatro y la música, como: Irving Berlin, George Gershwin, Eddie Cantor, Marion Davies, Paulette Goddard, Barbara Stanwyck, Josephine Baker, Ann Pennington, o la misma Doris Eaton Travis.
Flo, como se le conocía cariñosamente, llevaba el mundo del espectáculo en la sangre ya que su padre era un conocido profesor de música de Chicago y fue el director musical de la Exposición Universal de Chicago de 1893. Gracias a los encargos de su padre pudo viajar mucho por Europa de donde debía traerse a nuevas estrellas para sus espectáculos, así fue como introdujo en EEUU al forzudo Eugen Sandow y a la que sería su primera mujer e inspiradora de las revistas Ziegfeld Follies, la francesa de origen polaco Anna Held. Ziegfeld también es reconocido por incluir en sus espectáculos al primer actor de vodevil de color que actuó en EEUU, Bert Williams.
Tras el éxito de A Parisian Model que protagonizó su esposa en 1906, Ziegfeld decidió hacer una versión americana del Follies Bergères parisino. Comenzaba así una serie magnífica de espectáculos que revolucionaron el mundo teatral del momento y la música popular. Desde entonces y hasta su muerte, cada año fue presentado sus funciones en las que cada vez aparecían más mujeres hermosas, cada vez más rubias y cada año enseñando un poquito más, desde la sugestión a lo explícito, pero siempre sin pasar la línea del desnudo completo. Las Ziegfeld Girls se convirtieron en un fenómeno internacional imitado en todas las grandes ciudades del mundo.
Su éxito fue tal que Hollywood le dedicó dos grandes películas: The Great Ziegfeld, (1936) y Ziegfeld Follies (1946).
Para la posteridad han quedado las espléndidas imágenes que captó en los años 20 y 30 el fotógrafo preferido de Ziegfeld, Alfred Cheney Johnston.
Para saber más:
- Entrevista con Doris Eaton Travis en 2010 (video).
- Florenz Ziegfeld and his fabolous follies (Parlosongs, 2004).
Muy interesante la nota!!!
Gracias!