mr. domingo

Un blog sobre cultura, historia, cine, música y otras curiosidades

De cómo Napoleón nos inundó de azúcar y obesidad

nap

Hace poco la Junta de Salud de Nueva York aprobó una propuesta del alcalde de la ciudad, Michael Bloomberg, para prohibir la venta de refrescos y bebidas azucaradas grandes en restaurantes, cines, carritos callejeros y otros establecimientos para luchar contra la obesidad. Sin duda, el azucar se ha convertido en uno de los principales causantes de la preocupante tasa de obesidad en Estados Unidos, un problema que también se está empezando a detectar ahora en nuestro país.

Nadie diría que la popularización del azúcar, hoy omnipresente en nuestra dieta desde el desayuno a la cena, llegó a nuestras vidas apenas hace un par de siglos. Bueno, lo cierto es que el azúcar cuenta con una extensa historia que se remonta más de 5.000 años pero siempre había sido un alimento reservado para las clases más altas de la sociedad, como una especia más. Pero algo cambió durante las guerras napoleónicas de la mano del genio de Napoleón Bonaparte.

El primer paso para este gran cambio se produciría a mediados del siglo XVIII, cuando el químico alemán Andreas Margraff descubrió que tanto la remolacha blanca como la roja contenían gran cantidad de sacarosa, que era indistinguible de la producida a partir de caña de azúcar (por entonces un lucrativo monopolio de Gran Bretaña). Era un descubrimiento importante ya que permitía la producción de azúcar en climas templados, pero estas ideas no se realizarían hasta 50 años después, con el desarrolló de nuevas formas de extracción.

???????????????????????????????????????????????

A principios de 1800, durante las guerras napoleónicas, los británicos bloquearon las rutas francesas de abastecimiento de azúcar caribeño, dejando al país en carestía de este preciado bien. Tanto es así que para 1806, la caña de azúcar prácticamente había desaparecido de las estanterías de las tiendas europeas. Por este motivo, en 1811, científicos franceses presentaron a Napoleón dos panes hechos de azúcar a partir de remolacha azucarera. Napoleón quedó tan impresionado que decretó que 32.000 nuevas hectáreas se dedicarían al cultivo de la remolacha y promovió la instalación de nuevas fábricas procesadoras.

En pocos años había más de 40 fábricas de azúcar de remolacha, en su mayoría en el norte de Francia, pero también en Alemania, Austria, Rusia y Dinamarca. La obsesión de Napoleón con la producción de azúcar era tal que en 1815 más de 79.000 acres de tierra se dedicaban a la remolacha que se producían en más de 300 pequeñas factorías establecidas por toda Francia.

Pronto el azúcar francés inundaría a su archienemigo inglés en su propio terreno, y para 1850, el azúcar ya se había convertido en un producto de lo más común en la dieta de cualquier ciudadano europeo. Un ingrediente básico para endulzar nuestras comidas y lo suficientemente barato para todos los bolsillos.

Los europeos pasamos de consumir casi 5 kilos de azúcar por persona a principios del siglo XIX a los cerca de 21 kilos para finales de siglo. Todo gracias al impulso de Napoleón y la planta de la remolacha. Aún hoy el 35% de las 130 toneladas métricas de azúcar que se producen en el mundo proviene de la remolacha azucarera.

Finalmente os recomiendo, a modo de curiosidad este mapa interactivo del consumo de azúcar en el mundo:

http://www.idf.org/atlasmap/atlasmap

Quizás también pueda interesarte:

mrdomingo

8 comentarios en «De cómo Napoleón nos inundó de azúcar y obesidad»

  1. genial como siempre…

    apunte de usabilidad: desde la portada, para insertar un comentario hay que hacerlo desde el titulo de la entrada, estaria bien que hubiera un botoncito de comentarios debajo de cada entrada.

    si «entras» en la entrada no hay problema ya que los comentarios se abren directamente, me refiero al «index»

  2. Por mucho que no sea del todo saludable, no se cuanta gente se salvó de morir de inanición en épocas de hambrunas muy duras debido al blanco y delicioso aditamento este. Recordando, que al ser económica, pues te tragabas un par de cucharadas de azucar y ya tenías la energía necesaria para malvivir de alguna manera.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Volver arriba