Corría el año 1917 y en la esplendorosa España de la Primera Guerra Mundial se estrenaba la mayor superproducción de la historia de nuestro cine hasta el momento: Vida de Cristobal Colón y su descubrimiento de América. Costó la friolera de 1.000.000 de pesetas de la época y rivalizó en escenografía y figurantes con grandes producciones de la época como la mítica “Intolerancia” de Griffith o el “Quo vadis” deGuazzoni. El cine estaba muy de moda y la producción nacional hacía alarde de su poderío aprovechando la paralización de la gran industria cinematográfica de la época, Francia, que estaba inmersa en la durísima batalla europea.
Aunque pudiera parecer extraño por lo temprano de la fecha, los años 10 en España, y en particular en la ciudad de Barcelona, verdadero centro de producción de la industria cinematográfica española, fueron los auténticos años dorados del cine español. Barcelona era la capital española del cine prácticamente desde sus inicios. En la ciudad se pudo disfrutar del primer pase del “quinetoscopio” de Edison en 1895 y el cinematógrafo de los Lumiere un año después. Pero fue Fructuós Gelabert, como ya comentamos en este blog, el que dio inicio a la producción catalana y española de cine de ficción.
Con una larga tradición en la fotografía, la ciudad acogió de buen grado el nuevo invento e inició una estructura industrial relacionada con el cine que llegados al año 10 ya contaba con diversos estudios cinematográficos, productoras, estudios de coloración de fotogramas y tantas salas de exhibición como podía tener el Berlín de la época y tan sólo superada por megalopolis como Nueva York o París. Este hecho sumado a los estragos económicos que estaba causando la Primera Guerra Mundial en Francia posibilitó que se rodará en nuestro país esta superproducción.
El film de más de 100 minutos de metraje podría decirse que fue la primera coproducción de la historia desarrollada por la francesa Films Cinematographiques y la Argos Films de Ricardo de Baños, con gran soporte económico del Gobierno español. Dirigida por Émile Bourgueois y con gran parte del equipo técnico y actores de origen francés, la producción contó con tres operadores de cámara, algo inusual para la época, entre los cuales se encontraba el mismo Ricardo de Baños que ejerció también de director de fotografía y José María Maristany.
La película se componía de un prólogo y cinco capítulos: «La inspiración de una Reina», «Hacia lo desconocido», «La obra brilla inmortal», «El apogeo de la gloria» y «La triste recompensa», que van contando la vida de Cristóbal Colón desde su nacimiento a su muerte además de todos sus viajes a América. El rodaje se desarrolló en estudios de la ciudad condal y en diversas localidades como Tarragona o la Alhambra de Granada y contó con una esplendorosa escenografía a cargo de Salvador Alarma, el gran escenógrafo del teatro catalán.
Para la producción se crearon tres reproducciones muy fieles de las carabelas de Colón, miles de figurantes y unos portentosos decorados y vestuarios que incrementaron sobremanera el coste de la producción.
Se estrenó en Barcelona el 17 de mayo y en Madrid el 12 de octubre de 1917, recibiendo un gran éxito de público y de crítica. La revista de cine Arte y Cinematografía, en mayo de 1917, destacaba: «Resulta, pues, que es una obra cinematográfica completa; de efectos teatrales, representados con gran acierto por habérseles dado la mayor cantidad de arte posible. Que en todo el desarrollo de la película se ha ido con una gran prudencia, rehuyendo muchos datos, quizá interesantes, pero que no hubieran intensificado más el buen efecto ni, por consiguiente, el éxito».
En este enlance podéis ver íntegramente la película.
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