Hace poco me leí un libro muy interesante, un ensayo histórico que podríamos englobar en lo que se conoce como historia mundial. «Los mundos clásicos: Una historia épica de Oriente y Occidente» (Ariel, 2016) del historiador y divulgador inglés Michael Scott, aborda diversos momentos clave de nuestra civilización de manera paralela en diversos escenarios contemporáneos del mundo antiguo.
Un viaje fascinante por la Antigüedad que no sólo se para en los cruciales momentos históricos de la civilización grecorromana, sino que aborda también los influyentes gobernantes y pensadores de Asia central, la antigua China o la India.
El nacimiento de la democracia ateniense, la república de Roma, las enseñanzas de Confucio y su influencia política y social, el primer emperador chino o el cambio religioso de Constantino, son algunos de esos momentos que se analizan en este libro.
Durante los diferentes escenarios y personajes, que se van alternando de manera simultánea, pasamos de párrafo a párrafo de una punta de Roma o Grecia a los confines de China o la India. Analizamos las conexiones que se realizaron en el nacimiento de la Ruta de la seda, la política y su evolución en el mundo antiguo, no sólo en la República romana sino también en la nueva china imperial, la importancia del nuevo cristianismo en Occidente y el confucianismo y el budismo en Oriente, o el influjo helenizante de las conquistas de Alejandro Magno. Las guerras y batallas que cambiaron el mundo, los imperios, la religión y el gobierno…
Una manera de leer la historia diferente y necesaria, mirar más allá de nuestro «mundo clásico» conocido para mirar de interconectar las maravillosas civilizaciones de Asia. Las concexiones e influencias existieron, el análisis y la comparación de esos «momentos» históricos, nos ayudan a comprender mejor la historia y verla desde una perspectiva global.
