mr. domingo

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El terremoto de San Francisco de 1906



Una de las ciudades que más me llamaron la atención de mi viaje a EEUU fue sin duda San Francisco. Es una ciudad diferente con un aire claramente europeo que se refleja tanto en el carácter de sus habitantes como en su gastronomía y su arquitectura. Un trocito del continente europeo en la otra punta del planeta y una ciudad que tiene una historia muy particular marcada por la fiebre del oro que la vio nacer y el terrible terremoto de 1906 que la hizo renacer de sus cenizas, literalmente.



La ciudad de San Francisco nació en 1776 como una misión fundada por los españoles y con un fuerte situado en el Golden Gate, en 1821 se independiza de España y pasa al control de México con el nombre de Yerba Buena hasta que en 1846, durante la guerra guerra mexicano-estadounidense pasa definitivamente a control estadounidense y a denominarse San Francisco. En esta época la fiebre del oro de California hace acto de aparición en la zona transformando definitivamente a la ciudad que pasa de 1.000 habitantes a 25.000 en tan sólo un año (1848). La riqueza generada por el preciado metal revolucionó la economía de la ciudad convirtiendo al puerto de la ciudad en uno de los centros comerciales estratégicos del Pacífico, vía de entrada de una ingente cantidad de inmigrantes, principalmente ciudadanos chinos que crearían poco después el conocido barrio de Chinatown. Éstos contribuyeron también junto a los buscadores de oro y parias de todas las nacionalidades a crear la que decían era «la ciudad más pecaminosa del continente», sede de multitud de fumaderos de opio, prostíbulos de toda clase y tugurios donde albergar al prominente lumpen de la ciudad.

Pero San Francisco con el cambio de siglo se había convertido también en una de las ciudades más bonitas de Estados Unidos, «la París de América» decían. Contaba con amplios barrios lujosos con preciosas casas victorianas, grandiosos monumentos, imponentes hoteles y una agitada vida cultural.



Todo esto se vino literalmente abajo un 18 de abril de 1906 cuando la falla de San Andrés se vio sacudida por un terremoto de 7,8 grados en la escala de Richter. Aunque el seísmo provocó el derrumbe de multitud de edificios, los incendios que siguieron a la sacudida fueron los que causaron más víctimas y una mayor destrucción hasta acabar con el 80% de edificios de la ciudad. De los 400.000 habitantes que tenía entonces la ciudad, más de la mitad, cerca de 250.000 se quedaron sin hogar. Un desastre mayúsculo que estremeció a los estadounidenses.



Lo más sorprendente de esta terrible catástrofe es la rapidez con la que la ciudad se puso a reconstruir su encanto anterior. Los habitantes querían volver lo antes posible a la normalidad y recuperar su antiguo esplendor, por ello optaron por conservar su antiguo trazado y, aplicando los nuevos materiales de construcción del momento como el cemento y el acero, mucho más resistentes a los seísmos, se pusieron manos a la obra para reconstruir su ciudad sin perder un ápice de su belleza. Tanto es así que apenas una década después, en 1915, la ciudad organizó orgullosa la Exposición Universal que visitaron más de 19 millones de personas que pudieron asistir al renacer de una de las ciudades más bonitas de Estados Unidos. Nacía la nueva San Francisco que en las próximas décadas albergaría el nacimiento de la generación beat, la floreciente cultura hippie y el movimiento por los derechos de los homosexuales.



En 1989 otro terremoto asoló la ciudad aunque los cimientos de la misma ya estaban más preparados y no tuvieron que lamentarse demasiadas pérdidas humanas ni materiales.









mrdomingo

6 comentarios en «El terremoto de San Francisco de 1906»

  1. El reportaje es muy interesante, siempre me gusto San Francisco con sus calles empinadas, quizas influenciado por ver tantas peliculas de cowboys y la fiebre del oro.

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