mr. domingo

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Hollywood, un invento europeo



Hoy en día Hollywood representa una industria que ha modificado hábitos culturales en todo el mundo, ha uniformado estilos y creado modas, siempre desde una óptica plenamente «made in USA», pero lo que no todo el mundo sabe es que el nacimiento de este imperio se debe, en gran parte, a inmigrantes europeos.

Más allá de los primeros intentos de Edison y su kinetógrafo, un aparato totalmente onanista, el cine comenzó a desarrollarse en EEUU a partir de 1910 en California a través de inmigrantes como los alemanes Carl Laemmle (fundador de la Universal) y Wilhem Fried Fox (creador de la Fox). Poco después el ruso Joseph M. Schenk, cuyo padre vendía vodka a las embarcaciones que surcaban el Volga, fundaría la Twentieth Century (que adquirirá la Fox), mientras un antiguo peletero austrohúngaro, Adolf Zukor, fundaba la Paramount y los hermanos polacos Warner creaban la archiconocida productora del mismo nombre.

Pero no solo los dueños de los grandes estudios eran de origen europeo sino que también los creadores procedían del Viejo Continente. Hay que tener en cuenta que en esta primera época el contexto europeo, con el estallido de la Primera Guerra Mundial, hundió las cinematografías europeas, lo que allanó el camino al posicionamiento de Hollywood como centro de creación mundial. En ese momento, los dueños de los estudios, en su gran mayoría emigrantes judíos de centroeuropa, lanzaron sus redes sobre las principales estrellas europeas. Así dieron el salto a EEUU directores de la talla de Ernst Lubitsch, Eric von Stroheim, Josef von Stenberg, Michael Curtiz (Mihály Kertész), Wilhem Murnau o el inglés Alfred Hitchcock.

Con el advenimiento de los nazis en Alemania, los mejores exponentes del expresionismo alemán surgidos de la potente cinematografía alemana de los estudios UFA, emigraron a EEUU y revolucionaron el cine tal y como lo conocemos, haciendo realidad el sueño americano y siendo partícipes de la Edad del Oro del séptimo arte, el Hollywood de los años 30 y 40. Creadores de la talla de Fritz Lang, Otto Preminger o Billy Wilder, sentaron las bases de una nueva manera de hacer cine que debía mucho a la cinematografía centroeuropea de los años 20. No sólo fueron directores, sino también guionistas, compositores, directores de fotografía, los que enriquecieron la industria americana.

La lista de aportaciones europeas a Hollywood se vuelve interminable: Charles Chaplin, Arthur Stanley Jefferson (Stan Laurel), el cómico francés Max Linder, Greta Garbo, Ingrid Bergman, Marlene Dietrich, el siciliano Frank Capra, Cary Grant y un larguísimo etc. Todos ellos construyeron la gran industria del cine de Hollywood que hoy en día sigue exportando talento de Europa como antaño.

 

mrdomingo

7 comentarios en «Hollywood, un invento europeo»

  1. La verdad es que hoy se tiene todavía la tendencia a pensar que el cine norteamericano es malo; y no es lo que lo discuta, solo que considero que bazofias las hay en todo los sitios, pero el hecho de que ellos produzcan más también los hacen más susceptibles de crear malas pelis. Por suerte aún quedan buenos guionistas y productores que apuesten por esas historias. Quizá en Europa si sea más fácil crear lo que conocemos como «cine de autor» (por eso de que el propio director es a la vez guionista, productor y a veces hasta actor jajaj) que da más caché y control sobre la peli, pero no siempre esta relacionado con mejor calidad.
    Pero si que es verdad que los directores que han pasado a la historia o son más valorados son europeos o de origen europeo.

    1. Evidente, contra mayor producción mayor proporción de pelis malas, pero también es cierto que las pelis buenas que pueden hacer, a mi parecer, son excelentes ya que disponen de los medios para hacer auténticas maravillas (la calidad de la producción se nota y bastante). En el cine europeo las labores de producción están terriblemente vinculadas a las subvenciones públicas, lo que por una parte puede ser bueno, por lo de la libertad creativa y tal, pero por otra parte aleja al autor del público, ya que no tiene una obligación directa de agradar al espectador. Es un tema complicado, como en todo un término medio pudiera ser la solución ideal. En todo caso podemos disfrutar de ambas opciones y bien que lo agradecemos los cinéfilos… Personalmente, admiro mucho a Clint Eastwood que es uno de los últimos representantes de cine nortemaericano de estudio clásico, pero también puedo disfrutar mucho de una pequeña joyita europea. También podríamos hablar del cine indie americano (Sundance), pero eso es otra historia…

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